Trabajé como empleado para una empresa que forma parte del Ibex 35. Creía que trabajaba para una gran compañía, hasta que la realidad me demostró que no era más que un número. Gran compañía en patrimonio y beneficios económicos, pobre en principios y valores, carente a la hora de valorar lo más valioso que posee cualquier organización; su capital humano.
Lo más importante de la vida tiende a desaparecer de la parte consciente, nos imbuimos en el día a día, o el día a día acaba por imbuirnos. Tendemos a volvernos incapaces de atender lo valioso y bueno que la vida tiene preparado para nosotros. Paradigmas y limitaciones mentales hacen que aquello que conviene, sienta bien, se anhela, aquello que realmente aporta cosas buenas a nuestra existencia, se convierta en invisible. Es tendencia común no dar valor a aquello que realmente lo tiene. Ilógico e incoherente.
Los pensamientos negativos y limitativos enmarañan y destruyen lo que el instinto sí es capaz de ver. Es necesario reflexionar sobre lo que hoy forma parte de tu vida para poder dar valor a aquello que merece tu atención. Dejar ir a aquello que no te aporta. Si algo no esta sumando, esta restando.
Barymont, en palabras de su Presidente Emilio Montaraz, es una compañía cuyo eje central es el propio ser humano, basado en principios y valores que respetan la libertad del individuo.
Cuando comencé mi andadura en Barymont me percaté de que no era una empresa al uso. Las personas que la dirigían y la componían daban importancia a la persona y sus necesidades por encima de todo. Tecnología de lo obvio.
Mi estado de salud fue el motivo que provocó que la empresa de la que hablaba al comienzo prescindiese de mí como empleado. Por el contrario, Barymont me brindó la oportunidad de poder desarrollar una carrera profesional, me di cuenta de que la oportunidad era infinitamente mayor. La compañía también me ofrece la posibilidad de desarrollarme como individuo, como ser humano.
Barymont no sólo me ha permitido ganar dinero a lo largo de los años, hecho destacado ya que eso me abrió la puerta a los mejores centros de salud del mundo y recuperar gran parte de la salud perdida sino que me ha hecho mejor persona. En ese proceso de mejora personal sigo, consciente de que será así de por vida. Esto es lo que más me entusiasma. Poder ser mejor cada día, sabiendo que este aprendizaje no tiene un final. Cuanto mejor es uno, mejor es aquello que vaya a compartir.Pon en modo “on” tus cinco sentidos, tu atención consciente para que puedas ser participe de lo que Barymont te ofrece.
¿Te lo vas a perder?